Síndrome de piernas inquietas: llegar al fondo del problema

Hace diez años, esta ejecutiva bancaria de 54 años presentaba un sueño muy fraccionado y con múltiples despertares.

Según relató en la consulta, antes de acostarse se sentía físicamente inquieta y al introducirse a la cama sentía la imperiosa necesidad de mover las piernas y el cuerpo.

Lograba dormirse con medicamentos hipnóticos pero alrededor de las 2:00 AM despertaba inquieta y ganas de caminar. En verano, incluso era capaz de salir a la calle y pasear por media hora.

Durante el día, sufría de somnolencia acrecentada, su sueño era poco reparador y se sentía fatigada.

El estudio en el laboratorio del sueño arrojó que sufría síndrome de piernas inquietas severo.

En tanto, estudios generales evidenciaron que su organismo padecía de disminución de los niveles de ferritina, producto de un bypass gástrico realizado 10 años atrás, fecha coincidente con el inicio de sus trastornos del sueño.

Se la derivó al hematólogo para tratar esta condición mientras que en el instituto del sueño se dedicó a controlar su síndrome de piernas inquietas.

A la fecha, lleva un año en tratamiento, sigue tomando sus medicamentos y bajo control médico. Se mantiene en buen estado.