Parálisis del sueño, terror al amanecer

Trastorno extendido

Recientes investigaciones efectuadas en Estados Unidos muestran que un 16% de la población general reporta al menos un evento de parálisis del sueño en su vida. Otras mediciones, realizadas en el mundo desarrollado, revelan que 2 de cada 100 personas experimenta un episodio, una vez al mes.

Quienes han padecido un ataque de parálisis del sueño lo describen como un evento realmente terrorífico. El trastorno inspiró a gran cantidad de escritores de los siglos XIX y XX.

En la novela “Moby Dick” de Melville, un personaje lo padece y la trama de “Un Entierro Prematuro”, de Edgard Allan Poe, gira en torno a la parálisis del sueño.

La cantante norteamericana Sheryl Crow contó en 1996 a la revista Rolling Stone el intenso miedo que sintió cuando despertó un día con el cuerpo paralizado. “Estaba despierta, escuchaba, pero no podía mover ni un dedo ni hablar. Sentí un terror inmenso, mi corazón se disparó y comencé a transpirar helado. Creí que estaba muerta”.

Experiencias de interés

La parálisis del sueño es, en estos momentos, un trastorno estudiado extensamente por la medicina del sueño.

La Universidad de Stanford, en Estados Unidos, ha abierto varias líneas de investigación, entre ellas, una que relaciona el fenómeno a variables medioambientales geomagnéticas. Se ha observado una mayor incidencia de estos episodios y de sueños muy vívidos, asociados a las disminuciones e incrementos de la actividad geomagnética de la Tierra.

Por otra parte, en Norteamérica, los científicos postulan la hipótesis de la parálisis del sueño para explicar las abducciones por supuestas naves extraterrestres que dicen experimentar millones de personas en Canadá y Estados Unidos.

Este desorden -que ocurre con frecuencia al despertar por la mañana- está asociado a ciertas irregularidades de la etapa de sueño REM (etapa de movimientos rápidos de los ojos que marcan los ensueños) y suele ser acompañado por alucinaciones aterradoras.

En la Universidad de Waterloo de Ontario, Canadá, los investigadores Cheyne, Rueffer y Newby Clark han realizado un estudio sobre estas experiencias alucinatorias que acompañan a la parálisis, la que puede ocurrir, asimismo, al iniciar el sueño.

Los fenómenos alucinatorios, como sentir la presencia de seres extraños en la habitación, presiones en el pecho, sofocación, experiencias de flotar fuera del cuerpo y de ser examinado por estos entes sobrenaturales pueden explicarse, dicen estos científicos, por un estado de hipervigilancia del cerebro acompañado de una hiperpolarización de las motoneuronas.

Examinaron, además, comparativamente las narraciones sobre las características de la parálisis en un gran número de culturas del mundo. Descubrieron que todas ellas coinciden en un punto: seres extraños visitan el dormitorio cuando el paciente experimenta un episodio de parálisis de su cuerpo.

Sin embargo, es más común que la parálisis no vaya acompañada de alucinaciones, lo que no significa que de todas maneras sea una experiencia aterradora, señala el neurólogo especialista en medicina del sueño y director médico del Instituto del Sueño, doctor Walter Avdaloff. Estos episodios, al repetirse con frecuencia, pueden desencadenar en el paciente cuadros de ansiedad y depresión.

Un caso clínico

La experiencia de Ana, secretaria de 28 años, demuestra que este trastorno considerado benigno conduce en ciertos casos a complicaciones, como ansiedad extrema y a un constante miedo a morir durante el episodio.

En el caso de Ana, los eventos comenzaron poco después de empezar a trabajar en una gran empresa. Sus ansias de desempeñarse bien la hacían sentirse muy tensa y estresada. Para ganar más dinero y ayudar a su familia, aceptó trabajar horas extras. Se acostaba muy tarde y levantaba muy temprano; por tanto, dormía menos de sus 8 horas habituales.

Fue en la época del sobretiempo cuando se iniciaron los episodios de parálisis que la aterrorizaron. Despertaba y le era imposible moverse. Intentaba gritar y no podía. Sentía que se ahogaba, como que algo o alguien le oprimía el pecho, hasta que al intentar mover los ojos, despertaba transpirando frío y aterrorizada.

Acudió a un psiquiatra, quien diagnosticó un fenómeno histérico y la sometió a psicoterapia por varios meses, sin resultados. Sospechando un desorden del sueño, la derivó a un especialista.

Ana, a estas alturas, padecía de ansiedad extrema y de una depresión leve. Se le realizó una polisomnografía nocturna, diagnosticándosele parálisis del sueño aislada. Se inició un tratamiento con antidepresivos tricíclicos, pues estos fármacos suprimen las etapas de sueño REM (las ensoñaciones) a los cuales está asociado el desorden.

Al cabo de seis meses, los episodios desaparecieron, lo mismo que el cuadro ansioso-depresivo. Ana, hoy ya no teme al terror del amanecer, la parálisis del sueño.

Tipos de eventos

La parálisis del sueño es uno de los síntomas cardinales de la narcolepsia, condición neurológica en la cual la persona padece de sueño incontrolable. Existen, asimismo, una parálisis familiar y otra de tipo aislado. En esta última, los episodios ocurren al despertar en la mañana; en cambio, en la asociada a narcolepsia y en la de tipo familiar, son más frecuentes al iniciar el sueño en la noche.

La de tipo familiar se transmite genéticamente con un rasgo dominante ligado al cromosoma X y es más frecuente en las mujeres.

La de tipo aislada, como la que padecía Ana, puede ocurrir por hábitos de sueño irregulares, falta excesiva de sueño, un horario desordenado para levantarse y acostarse, agotamiento y por un gran estrés psicológico y físico, remarca el doctor Avdaloff. Un factor predisponente es dormir en posición supina (de espaldas).

Los rasgos terroríficos se centran en el estar despierto y tener conciencia del medio ambiente, pero ser incapaz de mover el cuerpo, hablar y mover los ojos. Cuando el paciente intenta gritar o moverse, su pareja por ejemplo percibe los gritos como débiles quejidos y sus movimientos como muecas que se hacen en sueños.

El terror se hace más intenso cuando la parálisis se asocia a alucinaciones.

En general, el episodio dura un minuto o un poco más, desaparece espontáneamente o cuando el paciente realiza movimientos oculares vigorosos. Se estima que ocurre esta parálisis por una disociación prominente entre percepción o nivel de conciencia (la mente está despierta) pero la función somática motora se encuentra paralizada naturalmente al inicio del sueño REM en la primera mitad de la noche o en los períodos de ensueños previos al despertar, en la mañana. Los pacientes no presentan anormalidades neurológicas, pero se sospecha de la existencia de algunas disfunciones neuroquímicas en los mecanismos de las neuronas que controlan la parálisis normal motora durante la etapa REM.

Más frecuente de lo que se piensa

paralisis del sueñoLa parálisis del sueño aislada es más común en la adolescencia y entre los adultos jóvenes. En mediciones realizadas en Japón, China, Nigeria y entre la población de color de Norteamérica, la parálisis aislada ocurre entre una a tres veces en el transcurso de la vida en un 40% de personas normales. Un 20 a 40% de los pacientes con narcolepsia la muestran como síntoma (la incidencia de la narcolepsia es de un 0,03 a 0,16% de la población general).

De acuerdo con un estudio realizado por alumnos de post-grado de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile en el Servicio de Salud Metropolitano Central, la incidencia de parálisis del sueño arrojó un 3%, dice el doctor Avdaloff.

En tanto, en un estudio publicado en 1999 en la revista Neurology, realizado por los investigadores norteamericanos Ohayon, Guilleminault y otros, con muestras de población en Alemania e Italia, se estableció que un 6,2% de los sujetos había experimentado al menos una vez en su vida un episodio de parálisis del sueño.

Un 12% de este grupo tuvo el primer evento en su niñez y un 0,8% de la muestra informó un episodio mensual. De éstos, un 30% tenía alucinaciones. Se constató, asimismo, una relación estrecha entre la ingesta de fármacos ansiolíticos y la ocurrencia de episodios.

Otros estudios han constatado una asociación del trastorno con otras afecciones y desórdenes. La investigadora japonesa Yasuo Hishiwaka señala que la parálisis del sueño aislada tiende a ocurrir durante la exacerbación aguda de la esquizofrenia, en la neurosis de combate severa, en el desorden de estrés post-traumático y en el síndrome del jet lag que padecen los viajeros por el cambio rápido de los husos o zonas horarias. Se ha descubierto, además, que el 16% de las personas con parálisis aislada padece también de desórdenes de pánico.

De acuerdo con datos preliminares de una investigación bajo el mando del doctor Jorge Conesa, asociado a la Universidad de Stanford, y extraídos de una encuesta pública en su página web, un 16% de la población general experimenta parálisis del sueño aislada al menos una vez en su vida. Conesa ha descubierto, además, otros factores desencadenantes como emociones muy intensas, ya sean positivas o negativas. Enamorarse profundamente y hasta el matrimonio pueden gatillar episodios.

El doctor Max Hirshkowitz del Centro de Desórdenes del Sueño de Houston, en Texas, afirma que muchos casos de supuestas abducciones por alienígenas reportadas por millones de norteamericanos, que motivan una gran preocupación entre las autoridades de salud pública, pueden ser fácilmente explicadas como episodios de parálisis del sueño.

Según Hirshkowitz, las descripciones de un elevado número de reportes de abducciones calzan con episodios de parálisis de sueño asociada a alucinaciones.

En el pasado, el contenido de estas alucinaciones se refería a visitas de espíritus o almas en pena de difuntos que se sentaban sobre el pecho del paciente y luego lo conducían a la fuerza a otras dimensiones. En nuestra era de la informática y de los Archivos Secretos X, estos antiguos fantasmas alucinatorios se han metamorfoseado en terroríficos raptores extraterrestres.