Mioclono propriospinal de transición sueño-vigilia: un nuevo tipo de parasomnia

Este estudio realizado por el Instituto de Neurología Clínica de la Universidad de Bolonia, en Italia, se propuso describir la neurofisiología y características polisomnográficas del mioclono propriospinal (PSM) en la transición del sueño a la vigilia.

Éste se caracteriza por la flexión o extensión rítmica y brincos arrítmicos que ocurren en los músculos axiales y se extienden hacia los segmentos caudales y rostrales.

Se han reportado varios casos de PSM y descrito como desórdenes asociados a esta nueva parasomnia la esclerosis múltiple, trauma cervical, herpes zoster torácico, infección por sida y mielopatía isquémica, entre otros.

En muchos casos, sin embargo, el PSM es idiopático. Puede surgir en forma espontánea y empeorar cuando el paciente se tiende en la cama. Así, puede ser también un efecto de la postura corporal.

En tres informes previos de casos de PSM se encontró una relación estrecha con los niveles de vigilia, ya que ocurre de una manera semi rítmica sólo durante el período de vigilia previo al inicio del sueño. En estos pacientes los brincos son recurrentes y suceden cada 10-20 segundos. Son de tal intensidad que provocan insomnio de inicio. Los brincos están ausentes durante el período de sueño.

Se ha especulado que los cambios en el control supraespinal son los que generan el PSM. La peculiar relación entre PSM y un estado de vigilia relajado hacen sospechar que esta parasomnia se relaciona con el período de transición de sueño a vigilia.

Se realizaron estudios polisomnográficos de cuatro casos.

Evidencia científica

En estos cuatro pacientes se detectó en la polisomnografía un PSM el cual ocurría sólo en la transición de la vigilia al sueño o durante un alerta dentro del sueño o al despertar. No se encontraron rasgos clínicos o neurofisiológicos que sugirieran un origen cortical o reticular del mioclono.

En todos los casos examinados se estableció una clara relación con el período de transición de sueño a vigilia.

Los brincos surgían de una manera semi rítmica sólo durante la fase de relajación previa al sueño, desaparecían en los primeros estados del sueño y luego en todas las etapas. En un sólo caso los brincos reaparecieron brevemente durante un alerta dentro del sueño y poco después de despertar en la mañana.

La estimulación mental y sensorial durante la vigilia relajada detenía los brincos en forma concomitante con la desaparición de actividad alfa en el EEG e independiente de cualquier cambio postural.

El mioclono reaparecía cuando al paciente se le dejaba tranquilo y ahí la actividad alfa reaparecía. Los cuatro pacientes mostraban una estructura del sueño alterada y se quejaban de insomnio.

No se encontró un mecanismo causal en estos pacientes. No obstante, de estos cuatro examinados, uno tenía una miopatía ocular, otro una mielopatía cervical y los investigadores las consideraron como asociaciones fortuitas.

Nueva parasomnia

Esta investigación, dicen sus autores, confirmó la ocurrencia de brincos de PSM ocurriendo en la transición de la vigilia al sueño en un esquema similar al ocurrido en casos previos investigados.

Así, se propone que el PSM sea considerado como un nuevo desorden del sueño perteneciente a la transición del sueño vigilia que causa insomnio y altera la arquitectura del sueño.

En los registros poligráficos el PSM se distingue claramente del síndrome de las piernas inquietas y del PLMS, del mioclono epiléptico y de otros.

A estos pacientes se les prescribió clonazepam, que alivió notablemente sus síntomas.

El término “desórdenes de la transición del sueño a la vigilia” se refiere a un grupo de parasomnias que ocurren durante la transición de la vigilia al sueño o de un estado del sueño a otro.

Los desórdenes de movimientos rítmicos, el somniloquio (hablar en sueños) y los calambres nocturnos pertenecen a los desórdenes de transición del sueño a la vigilia en la clasificación internacional de desórdenes del sueño.

Los brincos hípnicos al comienzo del sueño son movimientos mioclónicos no periódicos, en general involucran el tronco y a todas las extremidades simultáneamente. Ocurren al inicio del sueño, y con frecuencia se asocian a la percepción del paciente que está cayendo.

La mayoría de los adultos normales reportan haber experimentado estos brincos hípnicos en la transición entre la vigilia y el sueño. Es muy difícil registrarlos en una polisomnografía, pues ocurren ocasionalmente. No obstante, hay casos de personas que los padecen casi diariamente y les provoca un insomnio de inicio.

El nivel de vigilancia es un factor importante para la manifestación y variabilidad de muchos desordenes de movimientos. Los períodos de pre sueño y post sueño, en particular, son caracterizados por fluctuaciones en los niveles de vigilancia. Estos modulan la conducta motora dependiente de la etapa del sueño. En los casos estudiados de PSM, los brincos eran precipitados por la somnolencia que precedía al sueño nocturno.

El hecho de que el PSM parece estar específicamente relacionado a los mecanismos de inducción del sueño que actúan especialmente durante la etapa pre sueño es un argumento para afirmar la independencia neurofisiológica de estos estados peculiares de vigilancia, los estados pre y postsueño.

Estos son reunidos en una especie de vigilancia inespecífica, pero poseen un patrón metabólico cerebral intrínseco en los estudios de PET y características mentales y neurofisiológicas.

En opinión de los investigadores, las etapas de pre y post sueño con sus patrones de “encendimiento” de muchas poblaciones neuronales supra espinales relacionadas al control de la actividad motora, podrían actuar para liberar y hacer funcionar un aún desconocido reloj biológico espinal (si son neuronas motoras proprioespinales es la interrogante que plantean estos investigadores) que sería responsable del PSM.

Estudio clínico de los médicos Roberto Vetrugno, Federica Provini, Stefano Meletti, Giuseppe Piazzi y colaboradores. Instituto de Neurología Clínica, Universidad de Bolonia. Italia.

Resumen del trabajo publicado en Sleep, Vol 24, Nº 7. 2001.