Apneas y ronquidos

¿Es usted un roncador potente?

¿Su cónyuge se queja del ruido que hace y sus amigos se niegan a compartir un espacio contiguo para dormir? Entonces, ponga atención, porque esos ronquidos que se prestan para chistes y alusiones pueden tener un trasfondo mayor.

La apnea obstructiva del sueño es un desorden cuya primera fase se caracteriza por ronquidos habituales, extremadamente fuertes. Este es el primer indicio de que la persona que ronca está en riesgo vital. Apnea en griego significa “necesidad de aire”.

Así, fuertes ronquidos pueden ser señal de que algo grave ocurre con su aparato respiratorio durante el sueño. Sencillamente, sus ronquidos son la señal de que sus vías aéreas están obstruidas y el ruido se produce por el esfuerzo realizado para hacer circular el aire por un camino aéreo deficitario.

Se estima que entre un 10 a un 30 por ciento de los adultos ronca. En la mayoría de este grupo, los ronquidos no presentan riesgos médicos serios. Sin embargo, se estima que en 5 de cada 100 personas (del sexo masculino, con sobrepeso y de edad mediana) los ronquidos nocturnos muy intensos son el primer indicio de una apnea obstructiva del sueño, alteración que pone en riesgo sus vidas.

Características

apneas y ronquidosLos pacientes con esta apnea no respiran en forma adecuada durante el sueño y entre las consecuencias de ello están la carencia de suficiente oxígeno y una mala calidad de vida.

Las personas pueden presentar una severa y excesiva somnolencia diurna, y asimismo, corren riesgo de desencadenar, posteriormente, enfermedades como hipertensión arterial, ataques cardíacos e infartos cerebrales.

Así, si usted ronca en forma intensa durante todas las noches, y en todas las posiciones (de costado, espaldas, etc.) es aconsejable que consulte a un médico o se dirija a un centro médico especializado en trastornos del sueño.

Síntomas y alerta

Los adultos deben poner atención cuando los ronquidos sean intensos a tal punto de que en otras habitaciones, e incluso en otras casas vecinas, se escuchen y cuando tengan un patrón particular. Es decir, sean interrumpidos por pausas con atoros, indicando que se ha interrumpido la respiración.

Algunos pacientes dejan de respirar incluso durante una cuarta parte de la totalidad del tiempo de su período de sueño.

El tener muchas noches con un sueño alterado va a repercutir en la calidad de vida del paciente: tendrá una somnolencia diurna intensa que, con frecuencia, impedirá un buen desempeño laboral y personal.

Algunos pacientes con apnea del sueño se quedan dormidos en situaciones riesgosas. Por ejemplo, durante el trabajo, mientras operan una máquina industrial o cuando conducen un vehículo.

Varios estudios demuestran que los individuos con apnea del sueño muestran un frecuencia de accidentes automovilísticas de 2 a 5 veces mayor que la observada en la población general.

Otros pacientes con apnea muestran problemas de concentración y fallas de la memoria. Tienen un carácter irritable, ansioso o depresivo.

Estos síntomas pueden surgir de un momento a otro o emerger paulatinamente a lo largo de los años.

En algunas ocasiones, el paciente no se da cuenta de estos cambios y no les da importancia, pero sí lo hace su entorno; en otras, toman conciencia de su trastorno y buscan ayuda profesional. Se dan cuenta de que despiertan varias veces en la noche y que lo hacen sobresaltados y ahogados. En muchas ocasiones padecen de cefaleas matinales, pérdida del interés sexual e incluso disfunciones erectivas.

Apneas en los niños

También los niños pueden sufrir esta alteración y si bien en algunos casos se relaciona con el síndrome de muerte súbita infantil, no existen una asociación precisa y determinante entre ambas alteraciones.

Así, sus causas no están claras.

En niños mayores, la apnea del sueño produce somnolencia diurna y mal rendimiento escolar.

En general, causas de apnea en los niños son sobrepeso, incremento del tamaño de las amígdalas y adenoides.

Estos pacientes infantiles roncan, se mueven mucho mientras duermen, muestran dificultades para respirar y tienen un sueño muy inquieto.

Los padres deben tener en claro que los ronquidos en los niños no son normales, por lo que se debe buscar ayuda especializada, si se detectan.

Causas

Cuando dormimos, los músculos se relajan y así sucede también con los que participan de la respiración.

Sin embargo, en algunos individuos y por causa desconocida, la musculatura de la zona de la faringe se relaja en forma excesiva y se compromete la respiración y la vida.

Otros, si bien muestran una relajación normal de la musculatura durante el sueño, no respiran bien pues su faringe es más estrecha que lo normal. Esto les produce una oclusión respiratoria.

En otras ocasiones, el problema reside en ciertas áreas del cerebro que controlan la respiración y el centro respiratorio. En este problema preciso, el cerebro omite enviar las órdenes pertinentes a la musculatura que mantiene la respiración y la persona tiene apneas o pausas respiratorias.

Tipos de apneas

Obstructiva del sueño:

Es la más común y más severa. También se llama apnea de las vías aéreas superiores.

En estos casos, la musculatura del paladar blando y de la base de la lengua y la úvula, se relajan y se obstruyen, haciendo imposible el paso del aire. El paciente ronca y emite sonidos muy intensos. Este colapso de la vía aérea superior puede bloquear por completo la respiración.

Por lo general, es quien duerme con el paciente quien nota la suspensión de los ronquidos y la alteración al respirar, con un ruido intenso cuando la musculatura comprometida lo hace posible.

Cada vez que la respiración se suspende, disminuye el oxígeno en la sangre y el corazón debe trabajar en forma más intensa para hacerla circular más rápido. La presión sanguínea aumenta y se muestra elevada hasta que se reinicia la respiración.

Algunas veces, el corazón late en forma regular y muestra pausas de algunos segundos. Se estima que esta etapa es la que puede ser la causa de muerte de muchas personas con apnea obstructiva del sueño no diagnosticada y tratada.

Estas personas, aparentemente, están sanas.

En los pacientes con apnea obstructiva no tratada, la ingesta de alcohol, píldoras para dormir y tranquilizantes, son factores que reducen la musculatura y predisponen a un colapso mayor de las vías aéreas superiores.

Aunque la mayoría de las personas con esta apnea no muestra trastornos físicos que interfieran con su respiración, algunas anomalías anatómicas pueden jugar un rol importante. Entre ellas se cuentan una mandíbula inferior más pequeña y vías aéreas de la garganta de tamaño menor. Otros pacientes muestran una lengua de tamaño mayor al normal, amígdalas muy grandes y otros tejidos incrementados que bloquean parcialmente la entrada del aire. En algunas ocasiones, se encuentran todas estas anomalías juntas.

Las apneas obstructivas del sueño, en general, afectan a las personas obesas, en especial hombres de edad mediana.

Este trastorno se presenta en ambos sexos, siendo más frecuente en los varones que en mujeres pues ellas están protegidas por las hormonas femeninas de esta alteración del sueño hasta la etapa de la menopausia. En la edad madura, la diferencia de la frecuencia de apnea obstructiva entre los sexos disminuye.

En esta apnea las vías aéreas superiores se mantienen abiertas, pero deja de funcionar el diafragma y la musculatura torácica mientras la persona duerme.

Los niveles de oxígeno en la sangre disminuyen en forma alarmante, lo que provoca despertares en el paciente. Esta alteración del sueño es más común en ancianos.

Se estima que una de cada cuatro personas mayores de 60 años experimenta algún tipo de apnea del sueño, sin embargo, en la mayoría de los casos el problema es discreto.

Si las apneas se hacen más frecuentes y severas, el paciente debe acudir al médico.

Apoyo médico

Cuando se tienen problemas de sueño, es necesario acudir al especialista, quien confeccionará una historia médica del paciente y realizará exámenes físicos.

También pedirá entrevistarse con la pareja y otros miembros de la familia que puedan aportar más datos sobre su conducta durante el sueño y la vigilia.

La realización de una polisomnografía, que se realiza después de una o dos noches en un laboratorio del sueño, entregará registros sobre la actividad eléctrica del cerebro y movimientos oculares durante las distintas etapas del sueño. También, el examen hará un registro de la respiración para diferenciar la existencia de una apnea obstructiva de una apnea central y emitirá información sobre la cantidad de oxígeno en la sangre, frecuencias cardíacas y movimientos musculares (piernas y brazos).

Se registran, asimismo, los despertares durante la noche, los que son producidos por severos episodios de apneas

Toda la información se evalúa mediante índices internacionales de rasgos normales y permite al especialista llegar a un diagnóstico acabado que conducirá a un tratamiento oportuno.